Gestión del agua en las aves de corral
El agua es un nutriente crítico al que se presta poca atención hasta que surge un problema. Los productores no sólo deben esforzarse por suministrar agua en cantidad adecuada, sino que también deben saber qué contiene el agua que circulará por los conductos de agua que se utilizará en los sistemas de refrigeración por evaporación y que consumirán las aves.
El agua es necesaria para el consumo de las aves, la reducción de la temperatura del aire (incluidos los sistemas de refrigeración por evaporación y nebulización) y el saneamiento de las instalaciones. Los pollos de engorde consumen aproximadamente entre 1,6 y 2,0 veces más agua que pienso en función del peso. El agua es un nutriente crítico en el metabolismo y la nutrición de las aves. Desde una perspectiva fisiológica, el agua consumida por el ave se utiliza para el transporte de nutrientes, las reacciones enzimáticas y químicas en el cuerpo, la regulación de la temperatura corporal y la lubricación de articulaciones y órganos.
Existe una estrecha relación entre el consumo de alimento y el de agua; por lo tanto, el agua puede utilizarse para controlar el rendimiento de la manada. Muchos de los controladores electrónicos de los gallineros tienen la capacidad de controlar el consumo diario de agua y disponen de entradas para varios contadores de agua. Esto permitiría instalar un contador de agua por separado en las líneas que suministran agua a la parte delantera y trasera de la nave. La uniformidad de las aves entre la parte delantera y trasera de la nave puede controlarse mediante el consumo de agua. El consumo de agua será mayor en la zona del gallinero que tenga más aves. Cuando las aves no están distribuidas uniformemente entre la parte delantera y trasera del gallinero, aumenta la competencia por el alimento y el espacio para el agua. Esto, combinado con el calor extra de un número excesivo de aves, puede reducir el rendimiento de las aves.
Producción avícola
La producción avícola ha ocupado un lugar destacado en la industria agrícola mundial en los últimos años. Se calcula que la tasa compuesta de crecimiento anual de la proteína avícola entre 2015 y 2025 será del +2,4% [1]. Asia, Sudamérica y África, caracterizadas por una rápida urbanización, pobreza y clima cálido, registraron el mayor incremento de crecimiento en la producción avícola [1, 2]. La tendencia al crecimiento continuo de la producción avícola en esas regiones es obvia porque sigue siendo la vía más rápida para salvar la brecha entre la demanda y el suministro de proteínas.
El diseño de las naves avícolas desempeña un papel vital en la determinación de las condiciones climáticas internas de la nave para una salud, un crecimiento y un rendimiento productivo óptimos de las aves. Por consiguiente, el tipo de sistema de alojamiento avícola empleado por la granja avícola propuesta está en función de las condiciones climáticas imperantes en la región en la que se ubica la granja. Mientras que el sistema de gallinero abierto se ha considerado un buen método de alojamiento en los países tropicales por la sencillez de su construcción, la facilidad de gestión del calor y el mínimo coste de gestión, el sistema de alojamiento controlado es el más común en las regiones templadas del mundo [16, 17].
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Una granja avícola de pequeño tamaño no requiere ninguna disposición especial, ya que implica la construcción de una sola nave. Las granjas de tamaño mediano y grande requieren consideraciones especiales para la colocación de los edificios en las instalaciones de la granja. Los principios básicos que deben observarse para la distribución son
Cada pollo de engorde requiere un pie cuadrado de superficie, mientras que una ponedora requiere dos pies cuadrados de superficie en el sistema de cría de camada profunda. Por lo tanto, el tamaño del gallinero depende del número de aves que se vayan a criar.
En los países tropicales, los gallineros abiertos deben tener una anchura que no supere los 6 ó 7 metros para permitir una ventilación y aireación amplias en la parte central. Los galpones más anchos no proporcionarán una ventilación adecuada cuando haga calor. Si la anchura del cobertizo es superior a 25 pies, es imprescindible que haya ventilación en la línea media de la parte superior del tejado con un voladizo adecuado. El aire caliente y los gases nocivos, que son más ligeros que el aire, se mueven hacia arriba y escapan a través de la ventilación de la cumbrera. En las naves avícolas de ambiente controlado, la anchura de la nave puede ser incluso de 40 pies o más, ya que la ventilación se controla con la ayuda de extractores.
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La monitorización del consumo de agua se asocia a menudo con las redes e infraestructuras urbanas de suministro de agua, pero también tiene una amplia aplicación y una clara importancia para la ganadería y la agricultura. Uno de los primeros proyectos de control del consumo de agua de ThingLog se llevó a cabo en una granja avícola situada en un lugar remoto de Australia.
Los estudios demuestran que los pollos comen casi una cuarta parte de su peso el primer día de vida. Al final de la primera semana, un pollo de 40 gramos come unos 150 gramos de pienso, lo que se traduce en un aumento de peso de 140 g. Esto significa un índice de conversión alimenticia de aproximadamente 0,5 kg (Alqhtani, 2016). La tasa de crecimiento intensivo en la primera semana sólo se consigue SI los pollos consumen agua en abundancia. La identificación temprana de los problemas de ingesta de agua en los primeros días de vida de los pollos puede ser vital.
Nuestro cliente dirige una granja avícola de 10.000 pollos. La granja está situada en el interior de Australia; el agua se suministra mediante un depósito y el acceso a la electricidad es limitado. Las instalaciones no son fiables y las interrupciones del suministro de agua son frecuentes. Cuando esto ocurre, el granjero necesita saberlo inmediatamente para poder reaccionar con prontitud. También quiere controlar las tendencias de consumo de agua de los pollos, ya que indican su estado de salud.
