Mayorista
White Limozeen, que toma su nombre del álbum de 1989 de la estrella del country y de la canción que lo da título, es, literalmente, un imperio rosa. Paredes rosas, sofás rosas, sillas rosas e incluso una escultura gigante de la propia Parton dominarán tu visita.
El lugar ofrece asientos tanto en el interior como al aire libre, además de un menú bien calibrado que incluye galletas y caviar, hamburguesas de pan blanco y pastel de hígado de pollo con corteza de pan de centeno. Por supuesto, también abundan los cócteles.
“White Limozeen es una celebración de los inconformistas que siempre lo han hecho a su manera”, dijo Ben Weprin, director general y fundador de Graduate Hotels en un comunicado de prensa oficial anunciando la apertura. “Es único, más que especial, y narra la historia de un viaje incesante de la pobreza a la riqueza”.
El hotel es relativamente nuevo. Se inauguró en enero y estaba previsto que la azotea empezara a acoger huéspedes en marzo, hasta que una serie de tornados y la pandemia mundial azotaron la zona. Ahora, abiertos al público, tanto el hotel como la azotea piden a los visitantes que mantengan la distancia social, al tiempo que garantizan la aplicación de prácticas de higiene rigurosas en todos los espacios.
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Como icono cómico del Grand Ole Opry durante más de 50 años, y la estrella más querida de Tennessee con sombrero de 1,98 dólares, nadie habría estado más orgulloso de una estatua más grande que la vida real hecha de alambre de gallinero que la propia Minnie Pearl.
Nacida en la pequeña localidad de Centerville en 1912, Sarah Ophelia Colley desarrolló durante décadas una carrera como comediante en el mundo de la música country. Actuó en el Opry y en televisión, y celebró su educación country en papeles semiautobiográficos sobre la vida en Grinders Switch, basados libremente en su propia infancia en el condado de Hickman.
Pero, curiosamente, Centerville no tenía estatua de su hija predilecta, ya que había perdido la que tenía a causa de una disputa entre el hombre que la pagó y los mocosos del pueblo, a quienes no les gustaba que bloqueara el tráfico.
El escultor Ricky Pittman se encargó de llenar el vacío y quiso utilizar su talento único con la malla metálica para honrar a su héroe local. La pieza mide unos dos metros y medio, y en realidad es un busto más que una estatua completa, pero Minnie está ahí: sonrisa irónica, traje con volantes y su sombrero de paja con la etiqueta del precio colgando del ala.
¿Hacen mejor hamburguesa In-n-Out o Shake Shack?
De la tortilla de maíz a los madrilenes con los calamares fritos pasando por las croquetas de rabo de toro y la tempura con la berenjena… Hay muchas opciones en la Bodega de La Ardosa, un establecimiento histórico de Madrid que existe desde hace más de medio siglo, como demuestra el aspecto retro que lo caracteriza. El servicio es eficiente, el ambiente tradicional y las tapas de calidad hacen de la Bodega de la Ardosa una verdadera institución local.
El Melo’s Bar está situado en el barrio de Lavapiés y conserva la autenticidad de antaño. Su técnica de comercialización sigue basándose en el boca a boca, sólo se paga en efectivo y las raciones son más que generosas. La carta de vinos se reduce a blancos o tintos. Afortunadamente, los precios no han cambiado. Si busca una auténtica experiencia de tapas, éste es su sitio. El plato estrella del Melo’s Bar es la zapatilla: pan, carne de cerdo y queso de tetilla fundido, ideal para prepararse para una noche en la pista de baile.
Más moderno que los anteriores, Los Churchis es un bar de Lavapiés acogedor y con los detalles cuidados. Aquí te sentirás como en casa. Como el dueño, que también es el chef, es inglés, encontrarás en la carta varios platos en la lengua de Shakespeare. Otras opciones interesantes son las salchichas inglesas con mostaza o el plato de carne otoñal cocida a fuego lento. También se ofrece un menú al mediodía. Dirección: Calle Amparo, nº 82
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La idea de hacer esculturas de alambre surgió poco a poco de varias casualidades. Tengo el privilegio de utilizar los estudios de la Facultad de Bellas Artes de Madrid porque uno de los profesores era paciente mío. En la época de la crisis europea, que afectó muy duramente a España, mi profesor fue trasladado del taller de escultura en barro al de escultura en metal. Yo ya había utilizado alambre y malla para hacer las armaduras de mis esculturas de arcilla, así que estaba acostumbrado al material, pero me fascinaba el corte de las placas de metal con el soplete y la soldadura del metal.
Por la misma época me invitaron a exponer en una feria de libros de artista. Tenía que presentar un libro, varios grabados y algún tipo de objeto relacionado con el libro. Poco antes me habían regalado unos clips en forma de bicicleta hechos de alambre. Mi libro de artista y los grabados trataban sobre el jazz, así que se me ocurrió hacer clips con forma de saxofón. Hice un dibujo del saxofón y lo coloqué en una vieja tabla de cortar pan, donde introduje alfileres en las esquinas del dibujo, que me sirvieron de plantilla para los clips. Como tengo dos perros salchicha y tenía muchos dibujos y un libro de artista de bocetos de mis perros, esta idea me llevó a la idea de hacer perros salchicha con sujetapapeles. De ahí a hacer perros tridimensionales en alambre, malla gallinera y, más recientemente, en papel maché.